Supongo que este momento tenía
que llegar, sin embargo, no soy ajeno a la posibilidad de equivocarme, pero
supongo que deberé correr el riesgo. A
la luz de la hipótesis me atreveré a decir que quizá estamos siendo observados
desde hace muchos años por las hipotéticas razas de seres que habitan en el profundo
universo, mismos que han dejado evidencia de su paso en toda la mitología que
podemos encontrar a manos llenas en decenas de culturas (así me lo dicta el corazón),
estas culturas tuvieron acceso un día a buena parte del conocimiento de la
verdad en manos de estos seres provenientes del espacio. Sinceramente
creo que el día de hoy estamos en condiciones de asociar términos bíblicos como
“el ángel del señor”, “la gloria de Yavé”, “la columna de humo” y “la nube de
fuego” con astronaves provenientes sabe Dios de donde. Leyendo los pasajes del Antiguo y Nuevo
Testamento, así como los Evangelios apócrifos, me he encontrado con
descripciones que coinciden con los casos actuales sobre OVNIS. La famosa estrella de Belén me intrigaba
desde hace tiempo: ¿Se trataba de una estrella? ¿Cómo guiaba a los magos? ¿Cómo se poso sobre la cueva
donde nació Jesús niño?
Resulta tan fascinante como difícil
imaginar lo que realmente le ocurrió a Moisés en el interior de la “columna de
humo”, nos dice el Éxodo que Yavé le mostro unos planos o modelos de cómo debía
ser la tienda del encuentro junto al campamento ¿Quién puede afirmar o negar
que Moisés recibiera toda una “iniciación” especial que le permitiera
desarrollar determinadas facultades paranormales que le facilitaran la ejecución
de “proezas” que fueron tomadas en su tiempo como señales enviadas por Dios.
Para finalizar esta intervención proporcionare
a usted querido lector un extracto del mismo Éxodo, en su capítulo 40, versículos
34-38 juzgue usted: “La nube cubrió entonces la Tienda del Encuentro y la
gloria de Yavé lleno la morada. Moisés
no podía entrar a la Tienda del Encuentro, pues la nube moraba sobre ella y la
gloria de Yavé llenaba la morada. En todas
las marchas, cuando la nube se elevaba por encima de la morada, los israelitas
levantaban el campamento. Pero si la nube
no se elevaba, ellos no levantaban el campamento, en espera del día en que se
elevara. Porque durante el día la nube
de Yavé estaba sobre la morada y durante la noche había fuego a la vista de
toda la casa de Israel. Así sucedía en
todas sus marchas.”
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