LA SABANA SANTA



El 13 de octubre de 1988 el cardenal Anastasio Ballestrero, arzobispo de Turín daba al mundo una noticia que distorsionaría a la sociedad; el resultado de las pruebas de radiocarbono para datar la Sábana Santa la sitúan entre 1260 y 1390. Después de esta noticia los ateos del mundo lo dieron como algo definitivo e indiscutible, como si no valieran para todas las anteriores investigaciones que confirman que el lienzo de lino que hoy se conserva en Turín podría ser autentico. Antes que nada quiero dejarle claro hipotético lector que la observación que voy a plantearle podría estar equivocada, sin embargo, quiero que quede claro que siempre mis opinión va dirigida hacia la luz de la verdad. Dentro de mi formación como biólogo y después de impartir durante 10 años la materia de física creo tener los recursos para resolver esta interrogante. La técnica del radiocarbono es muy útil cuando el material a analizar no ha sufrido percance alguno y es tomado directamente del lugar donde se encontró, como es el caso de los huesos que se encuentran bajo la tierra en las excavaciones paleontológicas, sin embargo, el procedimiento de análisis es erróneo cuando se trabaja con materiales que han sido contaminados por materia viva, digamos que si usted deja una pieza de pan a la intemperie este se llenara en unos cuantos días de hongos y bacterias. En el caso de la datación por radiocarbono muchas veces el material de estudio incrementado por un nuevo C14 procedente de hongos, bacterias o incluso el propio epitelio (descamación de la piel) del investigador que toca la muestra a analizar. Como todo mundo sabe la Sábana Santa ha sido tocada por infinidad de fieles y ha estado sujeta a la intemperie durante muchos años, por ello lo más natural es pensar que es un material portador de una extraordinaria contaminación exógena. Digamos que usted va al laboratorio a practicarse una prueba para la hepatitis y se entera de que el tubo de ensaye que utilizaran es el mismo que ya han utilizado antes con más de cien personas, ¿confiaría en el resultado aunque le aseguraran que los técnicos que practicaran la prueba son muy buenos?, si es así yo no dudaría del resultado si me detectan hepatitis, los técnicos son muy buenos, pero no hay que olvidar que utilizaron un material contaminado y siempre cabe la posibilidad de que mi sangre estuviera sana. Hasta este momento quiero aclarar que no pretendo desmentir todo el trabajo que se llevó a cabo por aquellos años, pero honestamente por este modo de proceder dudo que fuera llevado a cabo por profesionales y si por personas querían desprestigiar una reliquia afamada por toda la cristiandad. Dimitri Kouznevtov (Textile Research Journal, vol 66:1996), simuló un incendio en fragmentos de lino de Palestina de la época entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C., que sufrió la Sábana Santa en 1532, en la catedral de la ciudad francesa de Chamgbery, cuando se resguardaba del exterior en un cofre de plata obteniendo resultados sorprendentes ya que tras el análisis mediante radiocarbono, el tejido se rejuvenecía hasta el siglo IX, esto quiere decir que en condiciones hidrotermales, el calor y la presencia de iones de plata catalizan la carboxilación de la celulosa y la enriquecen con C14. De todos los ensayos que se han realizado sobre la sabana los cuales incluyen observación directa, microscopía, fotografía de luz transversal y luz lateral, pruebas macroquímicas, espectrofotometrías de masas, reflectancia, fluorescencia, etc. La datación del C14 es la única prueba no coincide en considerar el lienzo perteneciente al Siglo I, esto me da mala espina querido lector. ¡Sera a caso que un sector de personas se quiere aferrar a esta única prueba que como ya le mencione tiene todas las cualidades para dudar de ella? , la única forma de comprobar la verdad seria se sometiese a la Sábana Santa a un protocolo de radiocarbono, empleado como muestras diferentes zonas de la misma, con lo cual perderíamos esta joya indiscutible, con esto, ¡muchas bocas callarían!




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