NAVIDAD



 
Si usted hipotético lector es uno de los ciudadanos que celebra la Navidad déjeme decirle que el nacimiento de Jesús de Nazaret no pudo ocurrir en diciembre, como festejan las iglesias y sus fieles. No aspiro, naturalmente, a modificar ningún calendario, pero al menos tengo derecho a transmitir lo que ocurrió. ¿Por qué se cambió la fecha de ese importante nacimiento? Sencillamente, por razones p
olíticas ya que con toda probabilidad, la adopción por parte de la iglesia católica del 25 de diciembre como festividad de la Natividad se remonta al siglo IV de nuestra era. Una de las opiniones más extendida y aceptada basa este hecho en la institucionalización del Cristianismo por parte del emperador Constantino, que empujó la definitiva expansión y consolidación pública de la religión de los cristianos. Parece más que probable que la floreciente iglesia decidiera transformar una de las celebraciones paganas de entonces en la Natividad del Maestro. Esa celebración pagana fue la del Invicto sol en donde se ofrecía un sacrificio a la diosa Acculeia, celebrando así el acortamiento de las noches y consiguiente alargamiento de los días. Es decir, la victoria del sol. Pues bien, la iglesia de Occidente decidió hacer suya la festividad, transmutando el sentido por la "victoria del verdadero sol: Jesús de Nazaret". Los orientales nunca se prestaron a semejante cambalache y sólo celebran la Epifanía. Lo que está claro es que, dadas las condiciones meteorológicas existentes en Belén y su comarca a lo largo de los meses comprendidos entre noviembre-diciembre y febrero-marzo, ningún pastor sensato podía arriesgarse a sacar sus rebaños al raso. Los que conocen Israel saben que la lluvia, el viento, e, incluso, la nieve no lo aconsejan. En ese tiempo, además entre el otoño y la primavera, la Judea acusa importantes precipitaciones. Es la época de lluvias, un tiempo en el que los hebreos difícilmente se ponían en camino. Existía, incluso, una maldición bíblica al respecto. José y María, por tanto, no pudieron hacer el trayecto de Nazaret a Belén en esos meses. Lo lógico es que acudieran a la aldea de Belén en temporada seca, como recomendaba la ley el sentido común...
Y el lector se preguntará, quizá: ¿Y cuándo pudo nacer Jesús?
Yo, personalmente me inclino por el 21 de agosto. Pero se lo explicare en otra ocasión.
 
 

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