DONDE ENCONTRAR A DIOS

Cada vez que consulto un grupo de debate de esos que se hacen llamar ateos contra creyentes es casi como una regla encontrar comentarios en los que los ateos se describen a sí mismos como aquellos que tienen más capacidad de raciocinio, mostrando un gran desconocimiento los más profundos interrogantes sobre el sentido de la Vida ya que aunque el Hombre desee ardientemente entender el porqué de los acontecimientos y  quiera tener una visión unificada e integradora de las diferentes realidades que conoce y en las que está envuelto la realidad muestra que hay interrogantes muy profundas.   Los llamados creyentes se han habituado a vivir su misteriosa o poco definible fe, apartados de la Ciencia y de cualquier especial interés por las cuestiones científicas y el ateo se convierte en un crítico sobre las ideas prevalecientes de Dios y sobre la vivencia de la espiritualidad, sobre valorizando el papel de la Ciencia y aprendiendo a convivir íntimamente con sus preguntas sin respuesta, contentándose en cierta forma con su idea de que la existencia no tiene ningún sentido más que el de multiplicarnos y dejar descendencia.    El ateo hoy en día ya no es ateo, se ha convertido en anticatólico ya que aunque su formación personal se ha construido en un entorno católico ya que quiero pensar que ha comprendido la verdad histórica sobre el origen de falsas o desfiguradas enseñanzas presuntamente espirituales  y un supuesto dios arbitrario y monstruoso que inventaron las religiones y esto les hace preguntarse el porqué de la existencia de un dios que da a los seres que supuestamente creó un nacimiento en condiciones de vida tan diferentes y no a todos por igual, ofreciéndoles una sola vida para echar a suertes el cielo o el infierno, un dios manipulable por los ruegos de unos, y tan imposible al sufrimiento de tantos.     Por otra parte la Ciencia se ha convertido en el guardián avanzado del materialismo ya que cuanto más profundo llegue la investigación de los científicos sobre los secretos del Universo, tanto más el hombre dejará de tener necesidad de recurrir a la idea de Dios para explicar lo que ahora le parece misterioso e insondable, es decir, dentro del concepto científico la idea de Dios es un axioma innecesario, estando por tanto condenado a desaparecer del corazón y la mente del Ser Humano en el futuro.   Claro que la idea de dios esta condenada a desaparecer si seguimos dándole esa concepción antropomorfizada cuando nos preguntamos ¿Dónde está ese Dios amoroso que asiste impávido al sufrimiento de los inocentes y deja que ocurran las guerras?, mientras se siga discutiendo este absurdo de un Dios que actué objetivamente, que intervenga aleatoriamente, que altere el orden de las cosas a su favor y a favor de “los buenos” o de un Dios arbitrario hecho a imagen y semejanza del Hombre no demostraremos madurez.   Decía Jesús a sus discípulos en El  Evangelio de Tomás: “el reino de Dios está en ti y a tu alrededor corta un trozo de madera y ahí estaré, levanta una piedra y me encontraras” quizá quiera decir esto que Dios se encuentra en cada objeto que tocamos, pero no de una forma metafísica, sino en la propia esencia del objeto, es decir, cuando nos gusta una casa queremos saber el nombre del arquitecto que la diseño, quizá lo que llamamos Dios  es una fuerza primordial capaz de engendrar el caos y después crear todo lo manifestado, desde las galaxias hasta las partículas subatómicas, y todo lo que ha ido descubriendo la física moderna es la manifestación de Dios en materia, vibración y conciencia, digamos que el científico descubre la casa y encuentra como hizo el arquitecto para construirla, se maravilla pero niega la existencia del arquitecto aduciendo que como ya conoce la manera como se hizo la casa esta surgió de la nada, ¿Qué no es esta una manifestación de lan la ignorancia arrogante del homúnculo racional?.     Con el surgimiento del reciente fenómeno de la proliferación de sectas religiosas y otros movimientos han surgido algunas explicaciones absurdas sobre este mundo que explotan el sufrimiento, la ignorancia y el desencanto a la vida de muchas personas.  Por otra parte comienza a aumentar el número de científicos dedicados a investigar el lugar de Dios en los caminos de la Ciencia ya que debido a su profunda contemplación de la Naturaleza han encontrado un espacio para sin violar las leyes de la Física.   Invito a mis queridos lectores ateos a que se olviden por un momento de los postulados religiosos y nos enfoquemos al extraordinario ejercicio de pensar…



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