INTELIGENCIA Y ATEISMO

Un equipo de psicólogos de la Universidad de Rochester Northeastern, tomando como fuente 63 estudios estadísticos que datan desde el año 1928 han llegado a una conclusión bastante curiosa, según ellos las personas no-creyentes, son más inteligentes en promedio que las personas religiosas. Y digo curiosa porque el mismo estudio menciona que la inteligencia es la capacidad de razonar, planear, resolver problemas, pensar de forma abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápido y de la experiencia. He inmediatamente mi memoria viajo buscando rostros como Kepler, Copernico, Newton, Linneo, Volta, Ampere, Gauss, Edison, Marconi, Planck, Sroedinger, Pascal, Pasteur, Einstein y Compton, por nombrar algunos grandes científicos que creyeron en Dios, divinidad o ser superior aportando también conocimientos muy interesantes en el desarrollo de la ciencia. Sin embargo el estudio lanza la premisa de que las creencias religiosas son irracionales, sin ninguna base científica, imposibles de comprobar, y por tanto, poco atractivas para gente inteligente. Definir qué es la inteligencia ha sido siempre objeto de polémica ya que esta tiene un escenario muy diversificado de opiniones en base a tres grupos: En psicología, la inteligencia es la capacidad cognitiva, de aprendizaje, y relación; en biología, es la capacidad de adaptación a nuevas situaciones; y de forma operativa, la inteligencia es "...aquello que miden las pruebas de inteligencia". Tal diversidad indica el carácter complejo de la inteligencia, la cual sólo puede ser descrita parcialmente mediante enumeración de procesos o atributos que, al ser tan variados, hacen inviable una definición única y delimitada. Y yo me pregunto hipotético lector ¿Existe una forma de medir la inteligencia? Los test para evaluar el cociente intelectual fueron empleados, inicialmente, para predecir el rendimiento escolar, pero los creadores no creyeron que estuvieran midiendo la inteligencia ya que hay numerosos estudios que han puesto en tela de juicio la relevancia de estos test psicométricos. Hay controversias sobre los factores genéticos en la inteligencia, particularmente en cuestiones sobre si estas diferencias se relacionan con la raza y el sexo, o cómo interpretar el incremento en las puntuaciones de los test, conocido como el efecto Flynn, además de que cuando se realiza un test, hay diversas circunstancias que influyen en el resultado, como el estado de ánimo, la salud, o el conocimiento previo de pruebas similares. Esto quiere decir que el análisis factorial como criterio no es científicamente válido en la investigación psicométrica ya que existe la posibilidad de que existan criterios pretendidamente científicos para justificar prejuicios meramente sociales como es el caso de las creencias religiosas. En el estudio se trata de un meta análisis que parte de otros 63 anteriores, que es una técnica estadística legítima, pero es igual de probable que lo que están detectando sea un patrón consistente de abuso de los datos, más que observando una propiedad psicológica verdadera de las personas religiosas, es decir, están metiendo muchos estudios en una misma bolsa, procedimientos que se han empleado en otros trabajos que se han centrado en demostrar que las naciones y grupos étnicos más pobres lo son porque sus habitantes son menos inteligentes. Estoy convencido de que podríamos encontrar que la ignorancia se asocia con la religiosidad ya que muchos creyentes religiosos se oponen a la educación e insisten en mantener a ciertos segmentos de la población tan desinformados y mal educados como sea posible, y ese hecho distorsiona los resultados, además de que la inteligencia es algo intrínseco al individuo, una propiedad biológica de sus cerebros, y no existe ningún estudio que permita conocer totalmente esta capacidad. Otros estudios han mostrado una correlación inversa entre religiosidad y nivel socioeconómico, es decir, que la pobreza lleva tanto a una peor educación, lo cual significa menos herramientas para analizar y criticar las creencias religiosas recibidas así como a una mayor necesidad de contención social, que los grupos religiosos están preparados para dar. No se trata, entonces, de la inteligencia con que nacemos, sino de las oportunidades para desarrollarnos en la sociedad. A los no creyentes solo les queda una lección de humildad, la inteligencia es una propiedad individual, y ser miembro de un grupo apenas estadísticamente superior no te confiere capacidades especiales…




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