LA IMAGEN DE PURKINJE-SAMSON



El ojo humano contiene diversas estructuras reflectantes: córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo que constituyen el sistema óptico central. Los radios de curvatura de la córnea y de las caras anterior y posterior del cristalino se pueden determinar por medio del oftalmómetro que funciona haciendo reflejarse en el ojo dos luces, cada una de las cuales produce tres imágenes que se deben a la reflexión parcial de la luz en la córnea y en las caras anterior y posterior de la retina. La imagen de la córnea y la primera del cristalino son derechas, mientras que la segunda del cristalino es invertida, y las tres son menores que el objeto. Estas tres imágenes de reflexión fueron descritas por primera vez en 1839 por el fisiólogo y anatomista checo Johannes Evangelista Purkinje. Pues bien, resulta que el prestigioso médico oftalmólogo mexicano Dr. Javier Torroella, el 27 de marzo de 1956, emitió un reporte que certifica la presencia de este triple reflejo característico de todo ojo humano normal vivo en los ojos de la imagen de la Virgen que se encuentra en la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México. Según varios estudiosos que han inspeccionado la imagen se pueden ver reflejadas, en ambos ojos y en la ubicación precisa en que se reflejarían en un ojo humano vivo, algunas figuras que parecen corresponder a la forma y tamaño de figuras humanas localizadas frente a ella. Lo cierto es que si la imagen de la virgen de Guadalupe se tratara de una pintura realizada en 1531, como podría conocer el hipotético falsificador un fenómeno que se descubriría trescientos años después. Sin duda estamos ante uno de los objetos más enigmáticos conservado en la actualidad. La religiosidad que lo rodea contrasta con los numerosos estudios a que ha sido sometido y que han demostrado una y otra vez lo inexplicable de algunas de sus características, al igual que la Sábana Santa de Turín. Ambos combinan lo divino y lo humano, la ciencia y la religión: Jesucristo con una imagen en un negativo fotográfico y la Virgen de Guadalupe cumpliendo en sus ojos la ley de Purkinje-Samson. Podemos explicar estos fenómenos de diferentes maneras; milagros, acciones involuntarias de la mente sobre la materia, fraudes, inteligencias superiores o simple falta de conocimientos para explicarlos, lo cierto es que sin haber unanimidad en su razón de ser, cumplen a la perfección, y ésta podría ser su finalidad última, es decir, agitadores de nuestros esquemas mentales para permitirnos reflexionar sobre la existencia de "otros mundos" diferentes a este.





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